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Advertencias científicas a la humanidad

Estamos, literal y figuradamente con el agua al cuello, pero sabemos cómo resolver los problemas que nos aquejan.
20 de febrero de 2024
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Hemos entrado en la era de las consecuencias y no hay margen para postergar la acción climática y ecosocial

Estamos, literal y figuradamente con el agua al cuello, pero sabemos cómo resolver los problemas que nos aquejan. Seis de los siete actores necesarios para cambiarlo todo, están activados. Pero no terminamos de cambiar de rumbo. Llevamos décadas sin apenas responder a los resultados de la ciencia del clima, de la ecología o de la física. Décadas de ignorar que hemos reventado seis de los nueve límites planetarios que no nunca deberíamos haber trasgredido para tener cabida en el planeta. Por todo ello hemos entrado en la era de las consecuencias. Un ejemplo claro es la crisis climática, que puede entenderse como una consecuencia de la globalización. Otro ejemplo son las pandemias, muchas de las cuales, como la Covid-19, pueden entenderse como una consecuencia de la degradación ambiental y la pérdida de biodiversidad. Los argumentos a favor de una actuación urgente y a gran escala frente al cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación creciente se basan en la inmensa magnitud del riesgo, en la urgencia de reducir emisiones e impactos y en que existe una oportunidad real de crear una forma nueva y atractiva de crecimiento y desarrollo. La idea radical y aun no bien aceptada del decrecimiento económico es una de las alternativas emergentes que requiere apoyo.

"Hemos entrado en la era de las consecuencias y no hay margen para postergar la acción climática y ecosocial. Edición e IA prompting: Marc Almeida y María Sesmero

La negación de este conocimiento, que aún se observa en muchos debates públicos, está retrasando la aplicación de soluciones urgentes y necesarias. Hace tiempo que la ciencia pasó de la investigación a la advertencia. Para muchos ha llegado el tiempo de que la ciencia pase de la advertencia a la acción.

La ciencia no para de advertir a la humanidad desde hace décadas

“Los científicos tienen la obligación moral de advertir claramente a la humanidad de cualquier amenaza catastrófica y de decir las cosas como son. Basándonos en esta obligación y en los resultados recopilados en los últimos 30 años, declaramos, junto a más de 11.000 científicos firmantes de todo el mundo, de forma clara e inequívoca que el planeta Tierra se enfrenta a una emergencia climática”. Así comienza uno de los artículos liderados por William J. Ripple, investigador de la Universidad Estatal de Oregón y que hemos firmado muchos científicos de todo el mundo. No es la única iniciativa. El mundo académico se ha reunido en numerosas ocasiones entorno a artículos, documentales y todo tipo de manifiestos apoyados en estudios, datos y resultados científicos para advertir de los riesgos que la humanidad ha creado para sí misma. La diversidad de ocasiones, formatos y temas es abrumadora. Por ejemplo, hasta abril de 2023 se habían publicado 81 artículos científicos y estaban en preparación otros 59 en la serie de Advertencias de los Científicos (Scientists’ Warning). A cada uno de estos artículos les ha seguido un amplio número de notas de prensa, entradas en las redes sociales y comunicados a los medios. Muchos de ellos han dado lugar a reportajes e incluso varios han dado lugar a películas para audiencias muy amplias. La selección que incluimos (indicando título y primer autor) pretende ilustrar la diversidad de temáticas concretas de estas advertencies científicas. Comenzamos la lista con estos tres artículos:

"La ciencia no para de advertir a la humanidad desde hace décadas". Edición e IA prompting: Marc Almeida y María Sesmero

Estas Advertencias mediante artículos científicos han abordado sobre todo el cambio climático, pero todo tipo de amenazas a ecosistemas concretos desde el mediterráneo a las montañas, pasando por el subsuelo o la Antártida, la pérdida de biodiversidad, los grandes incendios, la contaminación, el problema de la desigualdad económica, los pueblos indígenas, la basura, la educación ambiental, la agricultura, las enfermedades infecciosas

¿Se escuchan y comprenden las advertencias científicas sobre los riesgos ambientales?

Si juzgamos por el número de acciones claras, rápidas y globales para atajar las amenazas no cabe sino concluir que a la ciencia se la escucha más bien poco. Aunque apreciamos globalmente mucho el valor de la ciencia, nos guste o no, nos parezca bien o mal, es más probable que la gente se deje influir y motivar más por la narración de historias, la música y el arte que por la presentación científicamente rigurosa de los datos. Quizá la postura distanciada de la objetividad científica sea una de las razones por las que el público en general no acaba de apreciar el significado real de las advertencias científicas. Nadie cuestiona el compromiso ético de la ciencia, pero sí que se cuestiona si la ciencia debe estar comprometida políticamente o no.

"¿Se escuchan y comprenden las advertencias científicas sobre los riesgos ambientales?". Edición e IA prompting: Marc Almeida y María Sesmero

Para muchos, la ciencia debe mantenerse alejada del activismo y la militancia. Pero más de medio siglo de no responder a las advertencias científicas lleva a revisar esta distancia. Crece el número de los que ven con buenos ojos una ciencia comprometida políticamente. De hecho, hay cada vez más sectores de la sociedad que escuchan las advertencias. La ampliación de la audiencia se debe a que el problema ambiental es cada vez más urgente a escala mundial, por lo que la acción no puede dejarse exclusivamente en manos de los gobiernos, y a que todo el mundo tiene algún tipo de implicación en el problema, por lo que todos y cada uno de nosotros puede formar parte de la solución.

La gran aceleración antropocénica, la policrisis y los 14 callejones sin salida creados por la humanidad

El Antropoceno, el periodo actual en el que el ser humano afecta grandes procesos planetarios, se caracteriza por la aceleración del cambio ambiental y por retos globales de complejidad creciente. Múltiples crisis mundiales, como la Covid-19, el cambio climático, la inseguridad alimentaria, las crisis financieras y los conflictos bélicos han empezado a producirse simultáneamente en algo que los científicos denominan policrisis. Ahora sabemos que la policrisis podría convertirse en una forma de trampa para la humanidad. Peter Sogaard Jorgense y sus colaboradores (2023) identifican 14 trampas evolutivas, 14 auténticos callejones sin salida entre los que destacan la simplificación de la agricultura, el crecimiento económico que no beneficia a los seres humanos ni al medio ambiente, la inestabilidad de la cooperación mundial, los puntos de inflexión climáticos, la inteligencia artificial, la pérdida de biodiversidad y el pensamiento a corto plazo.

"La gran aceleración antropocénica, la policrisis y los 14 callejones sin salida creados por la humanidad". Edición e IA prompting: Marc Almeida y María Sesmero

Doce de estas trampas se encuentran en fase muy avanzada, con un alto riesgo de bloqueo, difíciles de revertir y con un riesgo creciente de repercusiones negativas en el bienestar humano. Además, estas trampas del Antropoceno a menudo no solo se dan a la vez sino que se refuerzan unas a otras. Algo muy sencillo que todo el mundo puede hacer para evitar estas trampas es comprometerse más con la naturaleza y la sociedad, al tiempo que aprender sobre las consecuencias globales, tanto positivas como negativas, de nuestras propias acciones locales.

El riesgo de colapso ambiental se acelera por la acumulación de factores

Una de las principales preocupaciones de la actual civilización es la posibilidad de un colapso ambiental rápido y extenso que acabe arrastrándola. La aceleración de los niveles de estrés ambiental, el aumento de la frecuencia de los fenómenos extremos y el refuerzo de las conexiones entre sistemas distintos (aire, tierra, mar, zonas geográficas alejadas, etc.) indican que los enfoques convencionales de modelización basados en cambios de un único factor de estrés proporcionan estimaciones insuficientes del impacto del clima y de las actividades humanas en los ecosistemas sobre los que se apoya la civilización actual. Wilcock y colaboradores (2023) realizaron experimentos simulando cambios bruscos en la pesquería de la laguna de Chilika (India), la comunidad de la isla de Pascua (Chile), la muerte de muchos bosques y la calidad del agua de diversos lagos. Los experimentos revelaron que los colapsos se producen antes no solo cuando aumentan los niveles de estrés o afección primarios sino cuando el estrés proviene de varios factores simultáneamente. De hecho, los niveles actuales de degradación de estos cuatro sistemas de estudio solo se explican por el efecto acumulado de varios factores.

"El riesgo de colapso ambiental se acelera por la acumulación de factores". Edición e IA prompting: Marc Almeida y María Sesmero

Es preciso que la humanidad esté muy atenta a las señales tempranas de degradación de los ecosistemas ya que los cambios ocurren bastante más rápido de lo que se pensaba por el efecto simultáneo de varios factores. El riesgo de colapso súbito crece, además, con el tamaño del ecosistema, lo cual explica el deterioro acelerado de ecosistemas, que además de estar sometidos a varios factores de estrés, son grandes, como el bosque amazónico, la tundra o los arrecifes de coral.

Seis de los siete actores para el cambio están activados

El impulsor más o menos activo del cambio es el académico. Es, lógicamente, el primer actor activado. La ciencia comprende bien los riesgos y las consecuencias de nuestro impacto en el planeta y cada vez más científicos están activados. De los siete actores más relevantes para el cambio seis están activados empezando por el mundo científico y académico. Falta por activarse quizá el actor clave: el ámbito de la política. El corto plazo, el temor a no ser comprendidos por el electorado y no ser reelegidos si aplican medidas difíciles hacen que los políticos vayan muy por detrás de la ciudadanía, el sector privado y la iglesia, muy por detrás de la ciencia y las agrupaciones ambientalistas. Veamos uno a uno estos seis actores que si están escuchando las advertencias científicas y se están activando o se han activado ya para un cambio profundo.

Octubre 2023: nuevo aviso científico sobre el riesgo climático y el peligro de la inacción

Más de 15.000 científicos pertenecientes a 161 países han firmado un informe climático que advierte de que la Tierra se adentra en un “territorio inexplorado” porque 20 de las 35 “señales vitales” se encuentran ya en “extremos récord”. En 2022 y 2023 se han batido por “márgenes enormes muchos récords relacionados con el clima, en particular los relacionados con las temperaturas de los océanos y el hielo marino, con una extraordinaria temporada de incendios forestales en Canadá, que produjo emisiones de dióxido de carbono sin precedentes. La temperatura media más alta jamás registrada en la superficie de la Tierra se produjo en julio de 2023 y se estima que fue la más alta que la superficie del planeta haya visto en los últimos 100.000 años. El informe liderado por W. Ripple y C Wolf se publicó en la revista Bioscience denuncia los riesgos de la inacción actual ante el cambio climático, que nos lleva a un posible colapso de los sistemas naturales y socioeconómicos y a un mundo con un calor insoportable y una gran escasez de alimentos y agua dulce. Los datos revelan que, para finales del siglo XXI, entre 3.000 y 6.000 millones de personas podrían encontrarse fuera de las regiones habitables de la Tierra. El informe subraya que los subsidios a los combustibles fósiles (acciones de los gobiernos que reducen artificialmente el coste de la producción de energía, aumentan el precio recibido por los productores o reducen el precio pagado por los consumidores) se duplicaron entre 2021 y 2022, al pasar de 531.000 millones de dólares a poco más de un billón de dólares Los autores instan a una transición hacia una economía global que dé prioridad al bienestar humano y limite el consumo excesivo y las emisiones excesivas por parte de los ricos. Las recomendaciones específicas incluyen la eliminación gradual de los subsidios a los combustibles fósiles, la transición hacia dietas basadas en plantas, la intensificación de los esfuerzos de protección forestal y la adopción de tratados internacionales de eliminación del carbono y de no proliferación de combustibles fósiles, destacando que todas las acciones relacionadas con el clima deben basarse en la equidad y la justicia social.

"Octubre 2023: nuevo aviso científico sobre el riesgo climático y el peligro de la inacción". Edición e IA prompting: Marc Almeida y María Sesmero

Para los científicos este es el momento de marcar una profunda diferencia para toda la vida en la Tierra y de abrazar la oportunidad con valentía y determinación para crear un legado de cambio que resista la prueba del tiempo.

Noviembre 2023: las Naciones Unidas avisan de que estamos procrastinando la adaptación al cambio climático y propone mecanismos financieros más radicales

El segundo actor activado amplifica la estela científica. Las Naciones Unidas expresan su preocupación por el hecho de que en lugar de acelerar las medidas de adaptación contra el cambio climático, las estamos retrasando. El Informe sobre la Brecha de Adaptación 2023, publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), afirma que el mundo no está suficientemente preparado para el clima actual, no ha invertido lo suficiente y carece de la planificación necesaria. Algo que nos deja a todos expuestos. Existe un creciente y alarmante desfase en la financiación de la adaptación, un desfase financiero que es el más alto de la historia. Las necesidades de los países en desarrollo, que son los que menos han contribuido al cambio climático de la actualidad, son entre 10 y 18 veces superiores al flujo de financiación pública. Hacen falta mecanismos de financiación más innovadores y radicales para alcanzar la escala de inversión necesaria. Por ejemplo, la financiación puede derivarse de los ingresos fiscales de los grandes emisores y contaminadores. Los gobiernos deberían gravar las ganancias inesperadas de la industria de los combustibles fósiles y destinar parte de esos fondos a los países que sufren pérdidas y daños.

"Noviembre 2023: las Naciones Unidas avisan de que estamos procrastinando la adaptación al cambio climático y propone mecanismos financieros más radicales". Edición e IA prompting: Marc Almeida y María Sesmero

Mitigar ahora permitirá ahorrar mañana: cada 1000 millones de dólares que se inviertan en adaptación contra las inundaciones costeras supone una reducción de 14.000 millones de dólares en daños económicos. Incrementar la financiación en materia climática y ambiental no es solo justicia. Es economía global y sostenibilidad real.

Los millonarios reaccionan y piden que les suban los impuestos

El tercer actor activado es algo insospechado: los multimillonarios. Cerca de 300 millonarios, economistas y políticos de casi todos los países del G20 han pedido un nuevo acuerdo internacional sobre impuestos a la riqueza en una carta abierta a los Jefes de Estado. Los firmantes de la carta hecha pública en septiembre de 2023, entre los que se encuentran personalidades destacadas y bien conocidas, quieren evitar que la riqueza extrema siga afectando al futuro de todos. Piden, al igual que las Naciones Unidas, gravar a los más ricos del mundo y acabar con la competencia y la evasión fiscal. Los firmantes afirman que “La acumulación de riqueza extrema por parte de los individuos más ricos del mundo se ha convertido en un desastre económico, ecológico y de derechos humanos". "Décadas de reducción de impuestos a los más ricos, basada en la falsa promesa de que la riqueza de los de arriba nos beneficiaría de alguna manera a todos, ha contribuido al aumento de la desigualdad extrema".

"Los millonarios reaccionan y piden que les suban los impuestos". Edición e IA prompting: Marc Almeida y María Sesmero

Lo más positivo de esta situación es que son los propios millonarios los que se señalan a sí mismos como causa importante del problema, y por tanto una parte cardinal de su solución.

La iglesia católica reacciona y el papa Francisco pide a sus fieles que luchen contra el cambio climático y la crisis ambiental

El cuarto actor activado ha sido la cabeza visible de la iglesia católica, el papa, quien en septiembre de 2023 escribió: “Por más que se pretendan negar, esconder, disimular o relativizar, los signos del cambio climático están ahí, cada vez más patentes. Nadie puede ignorar que en los últimos años hemos sido testigos de fenómenos extremos, períodos frecuentes de calor inusual, sequía y otros quejidos de la tierra que son sólo algunas expresiones palpables de una enfermedad silenciosa que nos afecta a todos. … Ya no se puede dudar del origen humano —“antrópico”— del cambio climático…. buscar sólo un remedio técnico a cada problema ambiental que surja es aislar cosas que en la realidad están entrelazadas y esconder los verdaderos y más profundos problemas del sistema mundial” Estas palabras escritas por el papa Francisco, en su Exhortación Apostólica Laudate Deum dirigida a todas las personas de buena voluntad podrían haber sido escritas por muchos científicos y por la gran mayoría de ONGs ambientalistas del mundo. A nivel mundial, el número de católicos crece hasta situarse en casi 1.400 millones de personas en 2021. Con estas cifras, si los católicos bautizados siguieran las palabras de su pastor resolveríamos ampliamente la crisis climática. Pero del mismo modo que solo la mitad de los católicos españoles se declara practicante, no podemos esperar de todos esos millones de personas que se activen en la línea de las palabras del Vaticano y del papa Francisco.

"La iglesia católica reacciona y el papa Francisco pide a sus fieles que luchen contra el cambio climático y la crisis ambiental". Edición e IA prompting: Marc Almeida y María Sesmero

Queda la esperanza de que, al menos, las propuestas del papa sobre el cambio climático impulsen más reflexión y despojen a la preocupación por la crisis ambiental de las habituales y contraproducentes cargas ideológicas que dividen a la población en causas en las que deberíamos hacer frente común.

La empresa privada reacciona y pide más determinación en la eliminación de los combustibles fósiles

El quinto actor activado es el sector privado, la industria. Empresas como Nestlé, Unilever, Mahindra y la marca de coches Volvo instaron en octubre de 2023 a los líderes políticos a acordar un calendario para eliminar gradualmente los combustibles fósiles. Las 131 empresas, que suman casi un billón de dólares de ingresos anuales en todo el mundo, pidieron en una carta un compromiso firme para alcanzar sistemas energéticos 100% descarbonizados en 2035 en el caso de las economías más ricas, y ayudar financieramente a los países en desarrollo para que puedan abandonar los combustibles fósiles a más tardar en 2040.

"La empresa privada reacciona y pide más determinación en la eliminación de los combustibles fósiles". Edición e IA prompting: Marc Almeida y María Sesmero

“Nuestras empresas están sintiendo el impacto y el coste del aumento de los fenómenos meteorológicos extremos provocados por el cambio climático", escribieron las empresas en la carta, coordinada por la coalición sin ánimo de lucro We Mean Business, que aboga por una mayor acción climática a escala mundial. Es muy positivo que sea el propio sector privado el que impulse esta acción.

Las asambleas ciudadanas recogen la advertencia científica y sostienen la noción económica de suficiencia

El sexto actor activado es la propia ciudadanía. Cada vez hay más pruebas científicas de que la suficiencia económica es una estrategia inevitable para mitigar el cambio climático y la actual crisis ambiental. Una gran parte de las recomendaciones que emanan de las asambleas ciudadanas recogen implícita o explícitamente la noción de suficiencia económica. La suficiencia económica implica tres principios fundamentales: la moderación, la racionalidad y la necesidad de preparación personal previa ante los impactos más previsibles e inminentes. La mayoría de las políticas de suficiencia recogidas en estas Asambleas ciudadanas de todo el mundo se refieren al sector de la movilidad y la alimentación, las menos al de los edificios. En comparación con los Planes Nacionales de Energía y Clima, las recomendaciones de las asambleas ciudadanas incluyen una proporción significativamente mayor de políticas de suficiencia (factor tres a seis) con un mayor énfasis en las políticas reguladoras. En consecuencia, las recomendaciones pueden interpretarse como un llamamiento a un giro hacia la suficiencia. Una reciente encuesta del Banco Europeo de Inversiones sobre el clima revela que los españoles, y en general los europeos del sur, reclaman a las Administraciones políticas más activas frente a la emergencia climática. El porcentaje llega hasta el 79 % en el caso de los menores de 30 años. La mayoría de los españoles encuestados (59 %) se declara favorable a implantar un sistema de carné o presupuesto de carbono que asigne a cada persona un número fijo de créditos anuales para gastar en artículos con una huella de carbono elevada (bienes no esenciales, vuelos, consumo de carne.). La mayoría de españoles está a favor de esta y otras medidas independientemente de su renta, pero hay muchos más menores de 30 años a favor.

"Las asambleas ciudadanas recogen la advertencia científica y sostienen la noción económica de suficiencia" Edición e IA prompting: Marc Almeida y María Sesmero

Estos resultados apuntan a un séptimo actor imprescindible que lejos de estar activado más bien bloquea los cambios propuestos por los otros cinco. La falta de suficiencia observada en la elaboración de políticas climáticas refleja una reticencia a aplicar políticas de suficiencia y la existencia de conflictos de intereses, asi como de objetivos económicos y sociales contrapuestos. El obstáculo principal para atender las advertencias científicas es, por tanto, político.

La sensatez de la Europa del sur se evidencia en su aceptación de medidas drásticas contra el cambio climático

Una reciente encuesta del Banco Europeo de Inversiones sobre el clima revela que los españoles, y en general los europeos del sur, reclaman a las Administraciones políticas más activas frente a la emergencia climática. La mayoría (74 %) está a favor de que las administraciones apliquen medidas más estrictas para imponer cambios de comportamiento ciudadano con el fin de hacer frente al cambio climático. El porcentaje llega hasta el 79 % en el caso de los menores de 30 años. El 84 % de los españoles está a favor de etiquetar todos los productos alimentarios para identificar su huella climática, y así acompañar la toma de decisiones más respetuosas con el medio ambiente y el clima a la hora de hacer la compra. La mitad de los encuestados está a favor de limitar la ingesta de carne. Además, el 66 % de los españoles está dispuesto a pagar más por alimentos producidos localmente y de forma ambientalmente respetuosa. La mayoría de los españoles encuestados (59 %) se declara favorable a implantar un sistema de carné o presupuesto de carbono que asigne a cada persona un número fijo de créditos anuales para gastar en artículos con una huella de carbono elevada (bienes no esenciales, vuelos, consumo de carne.). La mayoría de españoles está a favor de esta medida independientemente de su renta pero hay muchos más menores de 30 años (73%) a favor de introducir este sistema de presupuesto de carbono que sus mayores, ya que solo el 56 % de los mayores de 65 años encuestados apoyan dicha medida.

"La sensatez de la Europa del sur se evidencia en su aceptación de medidas drásticas contra el cambio climático" Edición e IA prompting: Marc Almeida y María Sesmero

La sensatez de la ciudadanía no encuentra todavía reflejo en los políticos ni en los responsables de las administraciones y gobiernos que siguen influidos por las presiones del sector privado.

Necesitamos un cambio cultural que deje atrás la maximización del crecimiento para maximizar la persistencia

La propagación de ciclos viciosos o virtuosos ha sido fundamental en las pasadas revoluciones humanas como las del fuego, la agricultura, el surgimiento de estados complejos y la industrialización. Para escapar de un Antropoceno sombrío será necesario pasar bruscamente de los "ciclos viciosos" insostenibles de la actualidad, a "ciclos virtuosos" sostenibles y alternativos que puedan extenderse y superar a los viciosos. Esto requiere un cambio cultural revolucionario que pase de maximizar el crecimiento a maximizar la persistencia (la auténtica sostenibilidad). Es una forma técnica y algo esotérica de aludir a la necesidad de cambiar, culturalmente, nuestra relación con el medio natural.

"Necesitamos un cambio cultural que deje atrás la maximización del crecimiento para maximizar la persistencia" Edición e IA prompting: Marc Almeida y María Sesmero

Los humanos estamos divididos, por un lado, entre lo que la razón y el juicio moral dicen que debemos hacer y, por otro lado, lo que la emoción pura y los instintos más bajos nos hacen hacer sobre todo en circunstancias estresantes. Estas ideas sugieren que no somos observadores racionales de nuestro propio comportamiento y que no estamos al volante de los cambios necesarios, sino atrapados al menos en parte. Salir de esta situación exige modestia, pero también valentía para seguir intentando responder.

A la hora de impulsar el cambio ecosocial necesitamos modestia para aceptar nuestra miopía y valentía para desafiarla

Necesitamos una acción transformadora y ello requiere a su vez una perspectiva coevolutiva que ayude a comprender la miopía de los regímenes socio-tecnológicos actuales y dónde están las posibilidades de escapar de ellos. Un enfoque de dirección coevolutiva se basa en: (i) aprovechar la dinámica y el impulso de los procesos de cambio en curso; (ii) insertar una mayor reflexividad en los procesos de resolución de problemas y (iii) asegurarse de que los planteamientos de resolución de problemas en un ámbito no agravan los problemas en otro ámbito. Tres formas de hacerlo son el pensamiento conjunto en las políticas, las formas integradoras de la ciencia y el uso del pensamiento sistémico en los procesos de las partes interesadas. Todo ello contribuye a crear un espacio para la acción transformadora, basada en lo posible adyacente y en imaginarios de progreso. Los humanos estamos divididos, por un lado, entre lo que la razón y el juicio moral dicen que debemos hacer y lo que la emoción pura y los instintos más bajos nos obligan a hacer, sobre todo en circunstancias estresantes. Estas ideas sugieren que no somos observadores racionales de nuestro comportamiento y que no estamos al volante de los cambios necesarios, sino atrapados por la miopía en determinadas formas de hacer y pensar, en hábitos y regímenes socio-tecnológicos que han logrado ventajas de desarrollo.

"A la hora de impulsar el cambio ecosocial necesitamos modestia para aceptar nuestra miopía y valentía para desafiarla" Edición e IA prompting: Marc Almeida y María Sesmero

Estas percepciones exigen modestia, pero también valentía para seguir intentando responder. Una nueva conciencia del Antropoceno puede evocar cambios fundamentales en la ciencia y la economía, pero sólo cuando estén suficientemente acompañados de cambios institucionales y nuevas prácticas.

Vivimos tiempos para la inflexión deliberada que nos lleve a cambios positivos

En un mundo pluralista, la dirección corre a cargo de todo tipo de actores, incluidos aquellos que se resisten activamente al cambio transformador. Por ello, la dirección de los gobiernos y las coaliciones de cambio puede conseguir poco más que una modulación de las dinámicas en curso, a pesar de las inquietantes pruebas de un clima desbocado, una extinción masiva, una degradación ecológica generalizada y un agotamiento constante de los recursos. Una nueva conciencia del Antropoceno puede evocar cambios fundamentales en la ciencia y la economía si -y solo si- se ven suficientemente arrastrados por cambios institucionales y nuevas prácticas.
Existen puntos de inflexión en los sistemas sociales, ecológicos y climáticos, y esos sistemas están cada vez más interrelacionados causalmente en el Antropoceno. El cambio climático y la degradación de la biosfera han avanzado hasta el punto de que ya estamos desencadenando puntos de inflexión medioambientales perjudiciales, y para evitar otros peores en el futuro será necesario encontrar y desencadenar puntos de inflexión positivos hacia la sostenibilidad en sistemas sociales, ecológicos y tecnológicos acoplados. La ciencia comprende cómo pueden producirse puntos de inflexión en sistemas dinámicos continuos y en redes. Comprende las interacciones causales que pueden darse entre eventos de inflexión en distintos tipos y escalas de sistemas -incluidas las condiciones necesarias para desencadenar cascadas de inflexión-, el potencial de las señales de alerta temprana de puntos de inflexión, y cómo podrían informar sobre la inflexión deliberada de cambios positivos.

"Vivimos tiempos para la inflexión deliberada que nos lleve a cambios positivos" Edición e IA prompting: Marc Almeida y María Sesmero

Los mismos métodos que pueden alertar con antelación de los puntos de inflexión perjudiciales para el medio ambiente pueden utilizarse para detectar cuándo un sistema socio-tecnológicos o socioecológico es más sensible a ser inclinado deliberadamente en una dirección deseable. Vivimos tiempos en los que debemos empujar ese cambio positivo deliberado.

Participar y no solo “transitar” y “triplicar” tras la 28 cumbre del clima

La COP28, es decir, la cumbre anual del clima número 28, acordó algo histórico: transitar hacia un abandono del petróleo y del gas como fuentes de energía mayoritarias y globales. También acordó triplicar el desarrollo y la implementación de las energías renovables, y duplicar la inversión en eficiencia energética. Todo esto está muy bien. Pero no bastan. Es preciso una participación ciudadana amplia y global. El propio informe final de esta cumbre lo deja muy claro: “las soluciones justas y sostenibles a la crisis climática deben estar fundamentadas en un diálogo social significativo y eficaz y en la participación de todos los agentes interesados, incluidos los pueblos indígenas, las comunidades y los Gobiernos locales, las mujeres, los jóvenes y los niños”

"Participar y no solo “transitar” y “triplicar” tras la 28 cumbre del clima" Edición e IA prompting: Marc Almeida y María Sesmero

La participación ciudadana efectiva y permanente va abriéndose paso. El 80% de la población europea considera que la crisis climática es la mayor amenaza actual y acepta con aplastante mayoría los cambios necesarios. Esto es a lo que se refería el filósofo Bruno Latour con “el pueblo climático”. Ese pueblo comienza a tomar las riendas para alinear la política con el auténtico interés ciudadano, hacia una sociedad postcarbono que sea, ojalá, democrática, funcional y realmente sostenible. Sabemos cómo hacerlo. Sabemos quién aún no quiere o nos está preparado para hacerlo. Toca migrar de la advertencia a la acción, y de la amabilidad a la insistencia.
Fernando Valladares
valladares.info
Doctor en biología, investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y profesor asociado en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. Director del proyecto "La Salud de la Humanidad"

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