El ser humano no es solo capaz de cambiar con una rapidez sin precedentes el clima de la Tierra. Sino que lo hace sin querer, y, lo que es peor, sin poder controlar sus terribles consecuencias. Desde hace mas de 20 años se calculó que el ser humano sobre pasa también a la naturaleza en su capacidad de erosionar y alterar el paisaje. Mueve en la actualidad muchas mas toneladas de sedimentos y tierra que todas las fuerzas naturales juntas. Y también lo hace sin querer: mas de la mitad es sin intención, como consecuencia derivada de sus actividades agrícolas o mineras a gran escala. Y como en el cambio climático, tampoco es capaz de controlar sus impactos.